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Amor,
después
de unos días de intenso frío y cielo nublado hoy ha amanecido con un esplendido
sol.
Asomada
a la ventana no puedo resistir la tentación de querer salir corriendo, de
cruzar la calle. Está tan cerca el parque… Sólo quiero sentarme en uno de esos
bancos y dejar que el sol me acaricie
mientras
entretengo mi mirada en los juegos
alegres de los niños, en esas flores que sonrojan la primavera. Están tan
bellas que parecen sacadas de un lienzo. Oír el trino de los pájaros, el suave vuelo de las mariposas.
Envuelta
en estos pensamientos cierro los ojos y recuerdo tus pasos acercándose
lentamente y dándome un cálido beso que acaricia mis mejillas.
Pero
te fuiste y sin embargo te oigo cada noche, a cada
instante.
Veo manos
entrelazadas, ojos mirándose con ternura y no dejo de recordar con un amargo
cariño nuestro primer encuentro. Ya nos conocíamos, siempre estuvimos cerca, el
mismo colegio, el mismo barrio, los mismos amigos… pero sin descubrirnos. Hasta
aquel día que nuestros ojos se encontraron y nunca más dejaron de mirarse.
Después
de un corto recorrido juntos me dijiste hasta pronto. Dos corazones dejaron de
latir a un tiempo. Sólo la soledad tengo por compañía y sin embargo te oigo
cada noche.
Volaré
junto a ti cuando llegue la primavera y el viento entrelace los olores del jazmín y el sonido que tañe nuestros
corazones.
De
la safor