Durante mi infancia ocurrieron muchas cosas que yo no entendía, como cualquier niña, yo observaba todo lo que sucedía en mi mundo, mi mundo era mi casa, mi padre, mis hermanos y mi madre, la seguía a todas partes, ella era realmente mi verdadero mundo, la observaba, la acorralaba con mis preguntas y miradas, cuando nos quedábamos a solas mi madre levantaba sus ojos al cielo, esperando que el cielo respondiera a su mirada.
Cuando amanecía miraba como se desvanecían los resplandores de las estrellas, esperaba el atardecer siempre con una plegaria, yo la observaba, mis ojos eran solo los de una niña.
Habían días en los que la lluvia caía sobre nuestras cabezas las cubríamos y continuábamos esperando, yo le preguntaba, ella me miraba, solo sonreía, con una sonrisa dulce y triste.
Aquel día, amaneció como cualquier otro, con nuestros estómagos vacíos, nuestras tripas gruñendo, un mendrugo en la mesa y poca más, mi padre y mis hermanos salieron de nuestra casa, mi madre, conmigo arrastras, salió detrás de ellos, palabras entrecortadas salían de su garganta, palabras de llanto y rabia.
Un día, en mi inocencia, creí que aquellos rezos tenían al fin respuesta, el cielo se iluminó con un gran estruendo, una gran algarabía de voces confusas llegaban de todas partes, los vecinos corrían de un lado para otro, yo agarraba las sayas de mi madre y tiraba de ellas, quería correr, participar de lo que yo creía que era una fiesta, mi madre me cogió en sus brazos su cuerpo temblaba, mientra el cielo seguía escupiéndonos fuego, no eran las estrellas las que caían, ni la lluvia la que mojaba nuestras cabezas, nos caímos, a nuestro alrededor solo el silencio, los ojos de mi madre se nublaron, sus brazos se abrieron, de su boca salió una plegaria que el viento arrastró paralizando el tiempo.
Cuando amanecía miraba como se desvanecían los resplandores de las estrellas, esperaba el atardecer siempre con una plegaria, yo la observaba, mis ojos eran solo los de una niña.
Habían días en los que la lluvia caía sobre nuestras cabezas las cubríamos y continuábamos esperando, yo le preguntaba, ella me miraba, solo sonreía, con una sonrisa dulce y triste.
Aquel día, amaneció como cualquier otro, con nuestros estómagos vacíos, nuestras tripas gruñendo, un mendrugo en la mesa y poca más, mi padre y mis hermanos salieron de nuestra casa, mi madre, conmigo arrastras, salió detrás de ellos, palabras entrecortadas salían de su garganta, palabras de llanto y rabia.
Un día, en mi inocencia, creí que aquellos rezos tenían al fin respuesta, el cielo se iluminó con un gran estruendo, una gran algarabía de voces confusas llegaban de todas partes, los vecinos corrían de un lado para otro, yo agarraba las sayas de mi madre y tiraba de ellas, quería correr, participar de lo que yo creía que era una fiesta, mi madre me cogió en sus brazos su cuerpo temblaba, mientra el cielo seguía escupiéndonos fuego, no eran las estrellas las que caían, ni la lluvia la que mojaba nuestras cabezas, nos caímos, a nuestro alrededor solo el silencio, los ojos de mi madre se nublaron, sus brazos se abrieron, de su boca salió una plegaria que el viento arrastró paralizando el tiempo.
jolin, mama, vaya con el titulito del cuento. Me he ido a buscar a la Bíblia a ver de que iba el tema...
ResponderEliminarMuy bueno, como siempre! besos!
Hola Antonia:
ResponderEliminarLa verdad es que tiene razón Júlia, el titulito asusta, y el relato un poco también. Es.... apoteósico. Parece el final de una película de los años 50 y por eso mismo me gusta.
Un beso
Cris
Jajajaja. El titulo es una maravilla. El relato también, pero hay veces, muy pocas, que los títulos nos dicen lo terrible del contenido y esta vez, lo has conseguido.
ResponderEliminarAnimo por lo que tu sabes y ya nos vemos con un café lleno de risas, que nos hacen falta un poco a todos.
Un abrazo, Señora.
El relato es muy bonito pero yo creo que todo el mundo albergamos el mal. Lo importante es saber discernir y mandar a los demonios a que se pudran en los infiernos. Procurar hacer el bien y es la única manera de pasar por esta vida desapercibidos y con la conciencia tranquila. Dios es otra historia. Un beso Lasafor.
ResponderEliminarJulia, es una Epístola General de Santiago, tu hermana que es la entendida, dice que no esta en la Biblia ya que es (APOGRIFA), un beso.
ResponderEliminarhttp://es.wikipedia.org/wiki/Ap%C3%B3crifos
Hola Cris… ojala fuera una película, hoy en nuestro tiempo aún siguen cayendo las bombas, un beso.
Shiro…sí, tengo ganas de reírme y que deje de afectarme todo lo que pasa a mi alrededor, un abrazo SEÑOR.
Hola Rafa…en el mundo hay mas gente buena que mala, pero la mala es mas mala. Besitos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarsí que está en la Bíblia, vaya, en el Nuevo Testamento. De apócrifo nada, mi Biblia es de las "normales", jeje.
ResponderEliminarVaya!¡… para que confíes en expertos. Esa biblia tuya es más completa que la mía, yo la tengo mordisqueada, la faltan algunas hojas.
ResponderEliminarBueno ya queda menos para el viernes, yo ya he empezado las fiestas, hoy hemos merendado buñuelos y chocolate, estaban riquísimos, también han tirado un petardo que creí que me había quedado sorda, en fin son fallas no vale enfadarse, un besito
Hola, te he leido también en Nou Torrentí. Comparto rincón literario con él. Me gusta como escribes, ánimo sigue regalándonos tu prosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Ginés
Duro pero excelente.
ResponderEliminarHagamos nuestra esa plegaria y no dejemos q se la lleve el viento del todo.
Un abrazo, pasa feliz día.
Hola Anónimo:
ResponderEliminarGracias por tu visita, yo también te leo en el Nou Torrenti, tus microrelatos son muy buenos, me gustan, un saludo Gines.
Gracias Aurora, ojala así sea, un abrazo
Hola:
ResponderEliminarAlgo así debieron de sentir hace una semana en Japón. Y aún la pesadilla no acaba.
A veces, no somos conscientes de los infiernos que se pueden desatar en la tierra.
Un saludo y enhorabuena por el blog.
Ayer vi a Julia en el metro. Al regreso de la “Nit del Foc” íbamos en el mismo vagón, pero como iba repleto no pude acercarme. Esperaba que mirase hacia mi cuando bajo, pero no fue así.
ResponderEliminarUn abrazo y espero que puedas ir al recital de poesía de día mundial de la poesía. Un abrazo para ambas.
Querida amiga excelente entrada, es un placer leerte, me encanto.
ResponderEliminarbesitos para ti, que Dios te bendiga.
Hola paisana!!Gracias por quedarte en Estoy a tu lado.
ResponderEliminarExcelente relato por lo entiendo que estás hablando de nuestra guerra civil, con hambre y el temblor de tu madre , el cielo enfadado...
Sí, los demonios andan sueltos:
guerra, hambre,peste y muerte, los 4 ginetes del Apocalípsis.
Te dejo un beso de ternura
Sor.Cecilia
BIEN YO NECESITO SABER QUE ESTA ESCRITURA ES UNA FANTASIA PERO PARECE TAN REAL QUE POR MOMENTO PENSE EN EL TIEMPO DEL 5º SOL EN EL CALENDARIO AZTECA EL FIN DE UNA ERA MAS- BUENO ME DIO GUSTO SABER QUE ESTAS MUCHAS GRACIAS POR TU VISITA
ResponderEliminarROSAS DE TU SIEMPRE AMIGO
G MARIN MÉXICO
AMEditorial… la Madre tierra está muy enfadada
ResponderEliminarHola Dani:
Lo siento no pude ir, ya me contaras.
Júlia, te dedico su libro.
Déjame un poema:
Besitos también para ti.
Sor Cecilia… no viví nuestra guerra, sí la posguerra, pero tenemos tantas guerras a nuestro alrededor que la ficción supera la realidad, me alegra tenerla por este humilde blog.
G. Marin:
Por supuesto que es una fantasía, pero toda fantasía lamentablemente se basa en una realidad.
Desde Torrent, España un saludo.
El recital de ayer fué una maravilla. Nos lo pasamos muy bien. Ya hablamos. Un abrazo
ResponderEliminarMuchacha, me asustaste y mira que es difícil. Mientras lo leía, iba imaginando situaciones, incendio, desahucios, guerras, etc....
ResponderEliminarPero al final se entiende perfectamente que la situación relatada es actualidad total y debemos de aprender de ella.
Tengo que felicitarte por el relato que dentro de una fantasia cobra realidad y es que el ser humano es extrahordinario. Podemos reir, como llorar, sentir, padecer, amar..etc.
ResponderEliminarSaludos codiales Lasafor.
Me encanta....es desgarrador y nos adentra en el doloroso mundo de las catástrofes naturales...cuando la madre tierra enfurecida nos reclama nuestros pecados...es especial como tu...besos guapa...
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