Junto a la orilla del mar se me callo mi zarcillo,
dos estrellas me seguían
quise gritarles, marcharos
no asaltéis mi soledad, no detengáis
mi camino
no atormentéis mi silencio,
no gritéis junto a mi oído palabras,
que ya no quiero escuchar.
Perchando sobre la arena
Sus manos no me sustentan
Rasgada tengo mi piel
mis vestiduras quebradas
mis ojos ya no te ven
las olas vienen y van
la noche se volvió tensa
tras de mí, dos estrellas me seguían
a la par
no pude gritar,
mis palabras se secaron
antes de empezar hablar
las campanas, sonaban, de noche sobre
la mar
DE LA SAFOR
Muy lindo Lasafor. Y no pases mucha calor, que ya nos ha cogido el toro y de lo lindo.
ResponderEliminarBesos.
Hermoso poema...hace querer evadirse de la realidad, y de esa espuma blanca querer envolverse y volar...como has evolucionado en tus poemas!!!bravo amiga, besos con mi ternura.
ResponderEliminarQue os rompa el culo un caballo
ResponderEliminarHace tanto tiempo que no entro en mi blog que me he quedado alucinada al ver tu comentario. Anónimo, sí fueras más hombre cito, hablarías con propiedad, y sí, no importa que creas que encubriendote en tu anonimato no se quien eres. a estas alturas ya sabrás que mu inteligencia supera la ficción de tu escaso y infantil, inmaduro cerebro. cuando quieras decirme algo por grosero que sea ten el valor de decírmelo ala cara, que los hombres no son hombres por tener un badajo entre las piernas ni por andar picoteando flores ni propias ni ajenas. un saludo de una dama y nos vemos, hombre-cito.
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